Caminando entre mis sueños, un olor a violeta y jazmín me guió hasta tu puerta.
La entreabrí y allí te vi con tu vestido blanco de algodón, tumbada en una hamaca frente al mar de hierba... leyendo.
Vi tus sueños e ilusiones, observé tus anhelos y vi en el horizonte tu felicidad.
Sentí la necesidad de acercarme y darte un beso, pero al dar un paso al frente, vi como tus sueños se rompían, y tu felicidad se alejaba en el horizonte.
Entonces comprendí, que a veces para querer hay que renunciar a lo que amas.
Volví por mis pasos, y cerré despacito, sin ruido, sin que te dieras cuenta de que jamás estuve allí.
Simplemente hermoso !!!!
ResponderEliminarHermoso y encerrando una gran sabirduria: a veces para querer hay que saber renunciar a lo que amas, trsitemente cierto..
ResponderEliminarSaludos
Gracias por vuestros comentarios. :)
ResponderEliminarnice post,,,,,,,,,,
ResponderEliminar¡Cuanto dolor hasta llegar a comprender!... Preciosas tus palabras.
ResponderEliminarBesito volado.